ISABEL SALTOS, LA PASIÓN POR EL FUTBOL

María Isabel Saltos Briones es de esas mujeres que aman el fútbol más que cualquier otro deporte y hasta lo prefieren a cualquier otra afición, de manera que espera los fines de semana para entrar a la cancha y vivir las emociones del balón pie femenino, compartir con sus compañeras y con frecuencia celebrar el triunfo, con bielas, currincho o coco loco.

Comenzó a jugar a los cinco años y a sus 35 años de edad ya ha perdido la cuenta de las medallas que ha ganado, galardones que adornan su cuarto en su casa en Pechichal Adentro, tierra que la vio nacer, recinto perteneciente al Cantón Junín provincia de Manabí. Con sus compañeras de equipo, han quedado campeonas por lo menos diez veces.

María Isabel juega de defensa y con su estatura (1,68) y agilidad, las delanteras atacantes difícilmente logran llegar al arco. Aunque con todas sus compañeras comparten relaciones de confraternidad, las preferidas son su sobrina Dileide Briones y su hermana María Lourdes Saltos Briones, que sufrió una lesión hace 5 años y ahora es dirigente deportiva.

A María Isabel siempre la animaron para el balón pie desde su tierna infancia, sus profesores y sus familiares, especialmente su madre Manuela de Jesús Briones Macías, que hasta ahora la apoya, no así su papá.

Y ella, a su vez apoya a sus hijos que tienen una inclinación hereditaria al futbol. Alexander, de 10 año ya juega y tiene dos medallas y la niña Anaí, de un año y nueve meses, deja las muñecas en un rincón y prefiere jugar con el balón.

Para María Isabel entrar en la cancha es como vivir a plenitud, las emociones de las jugadas, las barras, etc. Aunque también a veces hay polémicas y una vez hasta llegó a darse de puñetes con otra futbolista, pero solo una vez. A ella no le gusta la bronca, le gusta jugar pelota. Y de amores prefiere no hablar.

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