APROVECHAR LA SEMANA SANTA, “TIEMPO DE GRACIA Y SANTIDAD”

En la semana Santa, Dios deja caer en el mundo un río de perdón que purifica, un fuego de amor que nos acrisola y una lluvia de gracia que nos santifica. Dios hace una llamada profunda al corazón, una llamada universal a todos los hombres y mujeres del mundo, y una llamada permanente a buscarle y seguirle. Con estas frases, se dirige el obispo de Puyo, Mons. Rafael Cob García a los fieles al inicio de la Semana Mayor de los cristianos.

El Prelado, haciéndose eco a la realidad dolorosa que vive la sociedad se pregunta: Tiembla el mundo y llora la tierra, ¿no habrá de temblar nuestro corazón ante un Dios que muere de amor por salvar un mundo perdido y pecador?

Y describe la realidad de pecado que nos envuelve: El gran pecado del mundo de hoy, es la no creencia y la pérdida de conciencia de pecado, con una moral relativista y una ética incoherente con su fe, el hombre quiere justificar todo su actuar de forma subjetiva, buscando solo de forma egoísta su propio interés, muchas veces actuando contra las leyes de Dios, las leyes naturales, o contra los derechos humanos.
Invita a los cristianos a vivir esta Semana en actitud orante y de conversión: Estos días no deben ser días solo de vacación y descanso laboral, sino dedicarlos también para el encuentro más intenso con Dios en la oración, debemos vivir con gran fe y devoción este triduo pascual, del jueves, viernes y sábado santo, para culminar con el alba del domingo de Resurrección.

Explica que son días para contemplar los grandes regalos que Jesús nos deja el día de jueves santo, el misterio oculto de la Eucaristía alimento para nuestro espíritu, el Sacerdocio a través del cual Dios nos santifica con su ministerio y el ejemplo de servicio lavando los pies a sus discípulos, dejándonos el gran mandamiento del amor.

Contemplar el viernes santo a un Dios que hecho hombre por amor a nosotros, sufre como nadie ha sufrido, los dolores más crueles, siendo inocente, y muere en la cruz por nuestros pecados. Y celebra alegría la resurrección de Jesucristo, concluye el Pastor.

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