DISMINUYE LA POBLACIÓN DE MIGRANTES VENEZOLANOS EN PASTAZA

De diciembre de 2023 hasta este mes de abril, se ha reducido en un 50% la población migrante de Venezuela en la ciudad de Puyo, año en que reflejaban 1.400 en los registros mensuales de la Policía de Migración de Pastaza, de conformidad con los datos que da el Sargento Cristian Villegas, encargado de esta oficina.

Por lo que en la actualidad habrá un aproximado de 700 personas procedentes de Venezuela, este dato es confirmado por Iván Díaz, venezolano que reside en Ecuador desde hace seis años. Él en la actualidad se dedica a la mecánica de motocicletas, con dos compatriotas: Miguel, que oculta el apellido y su cuñado que está recién llegado y no quiere hablar. Iván antes ha trabajado en la empresa de entrega de encomiendas “Mandaditos Express”.

También ha trabajado en Guayaquil, a la que considera una ciudad muy peligrosa, pero que ofrece más oportunidades de trabajo. En Puyo hay más seguridad y reside con su novia, dos tíos, dos hermanos y tiene un hijo en Guayaquil. Aspira ahorrar lo que pueda para retornar a su Patria, donde tiene una hermana.

Aunque en general los ecuatorianos son buenas personas, confiesa que, sí ha recibido tratos discriminatorios y de xenofobia, no tanto como otros o quizá hay más discriminación a las mujeres venezolanas. Iván estima que en Pastaza habrá entre 500 y mil venezolanos desempeñándose en diferentes trabajos.

Aparte de los inmigrantes estables, hay una cifra similar, que están de paso y van a Perú, Colombia y otros a Estados Unidos, últimamente. De ahí que ha disminuido casi a cero los malabaristas, limpiadores de parabrisas, y las mujeres embarazadas y con hijos menores mendigando en las calles y en los semáforos.

También hay hermanos venezolanos que trabajan en construcción, comercio informal, venta de arepas, ayudantes de albañiles, mecánica industrial y otros oficios. Aunque se ocultan los casos de xenofobia, conocí la experiencia de una vecina con rasgos afros, que subida de copas se confundió de casa y salió la dueña con otras vecinas y la golpearon, gritándole: “Veneca ladrona, venías a robar la casa o buscando hombres”.

Afortunadamente, la madre de la chica escuchó los gritos y vino a rescatarla. Estaba toda enlodada y con remellones hasta en el rostro. Viendo a la mamá, que es conocida, la soltaron y pidieron disculpas, diciendo que la habían confundido con una venezolana.

Es importante una actitud tolerante y solidaria con los migrantes venezolanos, quienes en sus diferentes trabajos aportan a la economía del país y dejan sus conocimientos y experiencias en el arte culinario y otros oficios y demuestran esa capacidad de lucha para sacar adelante a sus familiares, en esta crisis política y económica, que se prolonga en su país.

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